«¡Uy, se me olvidó!» ¿Quién no ha vivido alguna vez una situación en la que simplemente no podía recordar un nombre, dónde guardaba algo o lo que decía en algún momento? Estos pequeños descuidos parecen formar parte cada vez más de la vida cotidiana de las personas. Esto no significa que tenga problemas de memoria, pero es bueno cuidar que estos lapsos no se vuelvan frecuentes.
Algunos estudiosos creen que estamos en la era de la economía de la atención. Estemos donde estemos, estamos bombardeados por información, anuncios, noticias e infinidad de contactos, conversaciones, etc. Con este exceso, parece que todo pierde importancia y empezamos a seleccionar lo que realmente merece nuestra atención.
De hecho, esta es una característica de la memoria y es gracias a ella que, en medio de tantas cosas, elegimos lo que realmente hay que guardar.
Memoria a corto y largo plazo
Es importante entender que no es necesario recordarlo todo y que hay una diferencia entre la memoria que utilizamos a corto plazo y la que almacenamos indefinidamente. Piensa en ello como el disco duro (HD) de un ordenador, si lo llenamos de información innecesaria, no quedará espacio para los archivos importantes.
Las memorias a largo plazo almacenan información que necesitamos consultar con frecuencia y otras que convertimos en recuerdos para revisarlos más tarde. Los recuerdos a corto plazo tienen que ver con las minucias del día a día, datos que son temporales y cambiantes. Es para mantener espacio libre en el «HD» que nuestro cerebro descarta estos archivos temporales.
Olvido y Pérdida de memoria
El olvido es un episodio puntual, como olvidar un número de teléfono o el nombre de alguien. La pérdida de memoria, en cambio, consiste en no recordar momentos de la vida, como el nombre del propio hijo.
¿Qué puede causar la pérdida de memoria?
La pérdida de memoria o la dificultad para recordar puede ser causada por varios factores, como problemas hormonales y nutricionales, depresión, sobrecarga mental, ansiedad, consumo excesivo de alcohol, dormir pocas horas, falta de atención, Alzheimer, entre otros.
Cómo mejorar la memoria
Para mantener el cerebro sano, es esencial mantenerlo activo. Así, es posible prevenir o retrasar los síntomas de la pérdida de memoria. El entrenamiento de este órgano debe comenzar desde la infancia y debe ser continuo, a lo largo de toda nuestra vida. En este sentido, cualquier cosa que mantenga la concentración y la atención es beneficiosa. Consulta algunas actividades diarias que pueden ayudarte:
1. Meditación
Algunos estudios señalan que la meditación sí aporta beneficios para la memoria. Además de mejorarla, esta práctica la protege del deterioro en momentos de gran estrés. Las investigaciones indican que, incluso durante períodos breves, la meditación puede provocar una alteración funcional y estructural del cerebro, con efectos positivos en la función cognitiva.
2. Juegos de reflexión
Mantener la mente activa, con actividades intelectuales que den placer, es esencial para estimular el cerebro y prevenir la pérdida de memoria. Leer, hacer crucigramas, sopas de letras, aprender a tocar un instrumento musical o un nuevo idioma y jugar a juegos de memoria es más que recomendable.
3) «Neurobics» (gimnasia neuronal)
La palabra es extraña, pero significa algo muy eficaz para ejercitar el cerebro. La gimnasia neuronal consiste en practicar «ejercicios» que sacan a la persona de su zona de confort. Por ejemplo, sujetar los cubiertos o cepillarse los dientes con una mano que no usas habitualmente, sentarse en otro lugar de la mesa y caminar hacia atrás son actividades que exigen más atención y son muy buenas para ti.
4. Dieta equilibrada
Sí, una dieta sana también influye en la salud de la memoria. Dar preferencia a una dieta equilibrada de proteínas (diversificando la fuente), rica en verduras, fibras, frutas y oleaginosas. Además, es importante evitar los fritos, no tomar bebidas alcohólicas en exceso y no abusar de los dulces.
5. Actividad física
El ejercicio físico funciona como un verdadero escudo para la salud. Es excelente para mejorar la circulación y el flujo sanguíneo al cerebro, lo que protege sus células. También es excelente para prevenir otras enfermedades como la hipertensión, el colesterol alto y la diabetes. Se recomienda hacer ejercicio de 3 a 5 veces por semana para mantener el cuerpo y la mente sanos.
6. Dormir bien
El sueño de calidad es muy importante para el proceso de memorización. Es durante el descanso cuando el cerebro fija los recuerdos y consolida todo lo aprendido a lo largo del día. Lo ideal es dormir de 6 a 8 horas diarias, porque si la mente está cansada, será más susceptible al estrés y tendrá más dificultades para retener la información.
7. Sustitución de vitaminas
Para el buen funcionamiento de la memoria, también es necesario que todos los nutrientes estén en dosis equilibradas en el organismo. Algunas personas pueden tener dificultades para absorber estos elementos a través del proceso de digestión, por lo que, además de prestar atención a lo que se come, es importante comprobar si hay necesidad de algún suplemento vitamínico.
Para preservar la salud del cerebro, es esencial consumir vitaminas A, C, D, E y del complejo B, como B1, B6, B9 y B12, además de omega-3.
8. Trastornos
Algunos problemas, como el estrés, la ansiedad y la depresión, también pueden afectar a la capacidad de memorización. Estos trastornos pueden dificultar la retención de información, además de provocar episodios de olvido y lapsos de memoria. Es importante buscar actividades de relajación, como el yoga, para preservar el bienestar y la calidad de vida.
En los casos de ansiedad o depresión graves, es esencial consultar a un psiquiatra y comenzar el tratamiento inmediatamente para evitar daños en el cerebro.
9. Revisión
Todos los años es importante hacer algunas revisiones para investigar posibles problemas de salud. Enfermedades como la diabetes, el colesterol alto, la hipertensión y los cambios hormonales dificultan la circulación sanguínea y pueden perjudicar el funcionamiento de varios órganos, incluido el cerebro.
Alzheimer
Un trastorno que afecta a personas mayores de 60 años y que provoca una pérdida de memoria permanente. El Alzheimer es una enfermedad neurológica que degenera el sistema nervioso central de forma progresiva e irreversible.
Los principales síntomas son: pérdida de la memoria reciente, característica de la fase inicial de la enfermedad, irritabilidad, errores de lenguaje, pérdida de la memoria remota (hechos antiguos) y reducción de la capacidad de orientación en el tiempo y el espacio.
Las personas de entre 30 y 40 años, aunque se quejan de pérdida de memoria, suelen tener dificultades para recordar episodios concretos. El Alzheimer no es característico de este grupo de edad.
Vigila siempre tu salud y, si notas algún síntoma, acude al médico.